LA LACA JAPONESA
La laca se utilizó en gran parte de los paises del este y del sudeste asiático, pero fue en Japón donde más se practicó y perfeccionó. La resina de un árbol (“el árbol de la laca”) fue, de hecho, utilizada en Japón, para cubrir la superficie de objetos desde el final de la era prehistórica Jomon.
Es un material duro, impermeable y resistente al calor y a la corrosión. Objetos lacados fueron encontrados intactos incluso después de haber estado enterrados largo tiempo y sumergidos bajo el agua.
La laca se solidifica gracias a una reacción química que requiere la exposición de la superficie a una atmósfera húmeda,sólo puede por lo tanto solidificar en capas finas: si una capa espesa es necesaria, ésta debe formarse de varias capas aplicadas sucesivamente, secadas y esmeriladas.
La auténtica laca japonesa es un trabajo manual y de observación; pues cada objeto o superficie lacada es particular y necesita cuidados específicos (tiempo de secado, núnero de capas, esmerilado, aplicación manual de la cáscara de huevo,...). Esto hace de cada objeto una pieza única.
Existen diferentes técnicas dentro de la laca japonesa para obtener diferentes resultados: color, grabado, incrustación de nácar o cáscara de huevo, polvo de oro o de plata,...
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